Entrevista Carolina en EL CLUB DE LA COPLA.
Carolina, arriba en la clasificación
Carolina Caparrós consiguió la mejor puntuación del jurado en el último programa. Carolina, que lleva en el programa desde el principio de esta edición, está empezando a mostrar su cara más coplera.
¿Te esperabas conseguir una puntuación tan alta?
Para nada. Iba con un poco de miedo porque habíamos subido el tono, y por eso no se me había pasado por la cabeza que Pive me fuera a dar un 10 y el resto de miembros del jurado un 9. Ha sido una sorpresa muy agradable.
¿Crees que vas a seguir estando en lo más alto de la clasificación o ha sido algo puntual?
Creo que los 37 puntos voy a tardar en volver a verlos, porque me parece que los miembros del jurado van a estar más estrictos a partir de ahora. Yo me voy a seguir esforzando para poder conseguir y mejorar esa votación.
Al jurado te lo has conseguido ganar, solo te falta el favor del público…
Con el público no he llegado a conectar porque no me conocen realmente. Ven a esa chica más responsable y formal y no conocen mi verdadera forma de ser.
¿Qué puedes hacer tú para que el público te conozca un poco mejor?
Propongo hacer una macro quedada en el sitio donde quieran los espectadores para demostrar como soy y que realmente valgo la pena, como cualquiera de mis compañeros. A mí me dicen un día y yo voy a la quedada, hago lo que sea necesario, cambio el turno de trabajo, hablo con mi jefe, o me llevo a mi jefe si hace falta (risas).
¿Cómo estás viendo tu evolución?
Cada vez estoy cogiendo más confianza con la orquesta, ya que nunca había tocado ni con orquesta ni con piano. Me lo voy creyendo poco a poco. Tengo cada vez más desparpajo, me muevo en el escenario cada vez mejor con nuestros bailarines, que son fantásticos.
¿Cuál es tu objetivo en “Se llama copla”?
Mi objetivo principal es ser la ganadora, pero sobre todo quiero conseguir ser un punto de referencia para mucha gente, para que nos demos cuenta que una persona puede triunfar en el mundo de la música y atender sus tareas diarias.
